Implantes de carga inmediata: qué son y cuándo colocarlos

La ciencia y la tecnología han dado lugar a grandes avances en diferentes campos, y en la odontología no es menos. La demanda estética y la necesidad de acortar los tiempos de tratamiento han llevado a la implantación de nuevas técnicas, como los implantes de carga inmediata. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre este tratamiento.

Implantes de carga inmediata: ¿qué son?

Los implantes de carga inmediata son aquellos en los que se coloca el implante dental y una prótesis provisional en una sola intervención. Se trata de un proceso que favorece la cicatrización del tejido óseo, así como la integración de los implantes en el hueso para prescindir del periodo sin dientes fijos.

Mientras la prótesis provisional se retira cuando han transcurrido entre tres y seis meses desde la inserción de los implantes, con los implantes de carga inmediata es diferente. Al no ir las prótesis apoyadas sobre las encías, se reducen las molestias para que el paciente pueda tener una vida normal desde el primer momento. Así, el especialista coloca la pieza definitiva, realizada de tal forma que se integra con el resto de la dentadura en una intervención que se lleva a cabo con anestesia local.

Los beneficios de los implantes de carga inmediata son evidentes, tanto a nivel funcional como estético. La principal ventaja de los implantes de carga inmediata es la reducción de los tiempos de tratamiento, que evitan que el paciente tenga que pasar por varias intervenciones.

¿En qué casos se desaconsejan los implantes de carga inmediata?

Si bien los implantes de carga inmediata presumen de numerosos beneficios, hay que señalar que no es un tratamiento apto para todo el mundo. Algunos pacientes no son aptos para este tratamiento dados sus hábitos.

Riesgos de los implantes de carga inmediata

Los principales factores que influyen en el éxito o fracaso del tratamiento son dos: la destreza del cirujano a la hora de realizar la colocación del implante y la cantidad y calidad de hueso del paciente.

La técnica juega un papel fundamental en la estabilidad del implante. Se debe conseguir un ajuste del implante al hueso mediante un fresado minucioso del mismo, sin dar demasiada presión para no ocasionar una osteonecrosis. Esto haría fracasar tanto el implante como la prótesis.

Si se coloca más de un implante al mismo tiempo, la tasa de éxito mejora ya que, al ir todos ferulizados o unidos, mantienen mejor la estabilidad. Por otro lado, si sólo se va a sustituir un diente individual, que el implante sea más o menos favorable dependerá de la zona en la que se inserte: si el diente a reponer es posterior, las fuerzas oclusales serán mayores que si es anterior.

Es importante que el paciente comprenda que se trata de una prótesis provisional y que no se le puede aplicar fuerza, por lo que no debe morder ni utilizar dicha prótesis durante unas semanas. También debe limpiarse minuciosamente, ya que de esta limpieza dependerá, en gran parte, el éxito de la intervención.